Hiroshima es símbolo de paz y superación. El Parque y Museo Memorial de la Paz recuerdan los efectos del bombardeo atómico de 1945 y transmiten un mensaje universal contra la guerra. El Atomic Bomb Dome, uno de los pocos edificios que sobrevivió, permanece en pie como recordatorio y Patrimonio de la Humanidad.
Además, la ciudad ofrece espacios más tranquilos y serenos como el Castillo de Hiroshima, reconstruido en estilo tradicional japonés, y el jardín Shukkeien, un oasis de estanques y senderos que muestran la calma tras la tormenta.
La isla de Miyajima, oficialmente Itsukushima, es uno de los paisajes más icónicos de Japón. El gran torii flotante del Santuario Itsukushima parece emerger del agua en marea alta, creando una de las postales más famosas del país.
La isla combina cultura y naturaleza: ciervos en libertad, templos escondidos, bosques de cedros y el Monte Misen, la cumbre sagrada a la que puedes subir en teleférico o a pie para disfrutar de vistas panorámicas sobre el mar Interior de Seto.